Es una técnica que se realiza con las manos a través de movimientos muy suaves, lentos y repetitivos que favorecen la circulación de la linfa, mejorando así cuadros edematosos, inflamaciones y retenciones de líquidos orgánicos, etc.  El sistema linfático colabora estrechamente con el sistema inmunológico, por lo que el drenaje linfático manual mejora de manera general el estado de salud y ejerce un papel muy beneficioso en el sistema nervioso, además de tratar específicamente distintas afecciones. Así esta técnica es otra forma de reforzar el sistema inmunológico.

Consiste en realizar sobre la piel  movimientos lentos, rítmicos, armónicos y muy suaves que, cuando se realizan en la dirección correcta, siguiendo la corriente de los conductos linfáticos, estimula el drenaje de dichos conductos, limpiando las zonas congestionadas. Esto requiere cierto conocimiento anatómico funcional y mucha precisión, ya que la presión suave es un factor determinante y cada caso, así como cada receptor del masaje, requiere cuidados y manipulaciones específicas.

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Masaje en la región específica según sea el caso, por ejemplo, drenaje para piernas cansadas, drenaje facial, drenaje de abdomen o drenaje de espalda.